domingo, 27 de diciembre de 2015

Palmeras en la nieve

Lazos de sangre que se pierden en el mar

Palmeras en la nieve : Foto Mario Casas

"Palmeras en la nieve" es una película visual, dramáticamente escueta y algo pretenciosa, sin embargo, posee unos aires superficiales de cine épico que la engrandecen.
La gran superproducción del año llega a nuestras pantallas pisando fuerte, aunque solo sea por su grandilocuente y preciosista envoltorio. Esta obra basada en el bestseller de Luz Gabás, se percibe como una producción de lujo, en la que contrastan las imágenes del frío Orense, con las del clima tropical de la Guinea Ecuatorial.
La historia que se nos presenta, resulta en todo momento interesante. Esta utiliza el recurso de presente/pasado, para a partir de ese juego de tiempos, ir construyendo el árbol genealógico de una generación descendiente de la época del colonialismo español, en la que los españoles convivían con los residentes negros, utilizados como esclavos para la explotación de las tierras.
Sin embargo y a pesar de contar con todos los recursos necesarios para convertirse en una gran historia (amor, agitación política, conflictos...), nos encontramos una historia que cuenta, pero no profundiza, que narra, pero no reflexiona. Como si a un cuento moral le eliminamos la moraleja. Esto hace que en ocasiones esta parezca un melodrama de lujo algo telenovelesco.
Por otro lado, su metraje excesivo, no se hace demasiado pesado, pero termina provocando unos ciertos altibajos y creando un ritmo algo irregular.Ahora bien, no quiero decir con esto, que a la película le sobre metraje, simplemente que este no se ha gestionado todo lo bien que debiera y eso ha jugado en detrimento de la historia, que termina perdiendo nuestro interés por momentos y disminuyendo la emoción del suspense que plantea.
A pesar de todo esto, durante la película no se me quita la sensación de que estamos ante algo grande y ambicioso, y es que esta cuenta con un diseño de producción impresionante. Un diseño que no tira de efectos especiales excesivos, sino que explota al máximo sus recursos.
Observamos las hermosas llanuras, sus frondosos arboles, sus extensas playas, sus coloridos pájaros e incluso el polvo que se levanta bajo el sol abrasador. Es su carta de presentación lo más destacado, su exposición de la esclavitud de las personas de raza negra, las costumbres de estos, sus tradiciones, sus ideologías y su desgaste físico y psicológico, aparecen expuestos de una manera muy fiel.
Al mismo tiempo, gracias a su magnífica ambientación, nos termina adentrando en la selva y haciéndonos participes de las agitaciones y cambios en el trascurso de los años.
Sus potentes imágenes, sus planos aéreos y algunas de sus secuencias más inspiradas, son las que hacen que intermitentemente sintamos la historia desde dentro, sin sobrecogernos, pero dejándonos prendados por su concepto visual.Todo engrandecido más si cabe, por una más que correcta banda sonora y por un vestuario muy cuidado.
En cuanto a las interpretaciones, Mario Casas nos presenta un trabajo irregular, a veces solvente y otras veces totalmente plano. Una cierta falta de expresividad y personalidad, hacen que su actuación no termine de convencer y es que da la sensación de que no termina de creerse su personaje, no profundiza en él. Más acentuado en este caso, pues este tiene un peso muy importante en la película. De haberlo hecho bien, podría haber sido muy destacable, gracias a la gran oportunidad de lucimiento que el personaje ofrece. Podemos decir que cumple y responde al perfil bastante bien, pero no está a la altura.
Con respecto al resto de actores, en cuanto a interpretaciones masculinas, todas terminan siendo muy justas, con tendencia a la sobreactuación. En el caso del reparto femenino, cumplen un poco mejor, con una actriz revelación dulce y trágica (Berta Vázquez) y con un papel secundario bastante agradable de la ganadora del Goya Macarena García.
Esta superproducción española supone un paso más hacia adelante del cine español, aunque con una cierta falta de estilo, aun podemos comprobar detalles en esta, que solo nuestro cine nos puede regalar y es que no queremos comparaciones que nos halaguen por nuestro parecido con producciones americanas que sobrepasan los 100 millones de euros, queremos que las nuestras se identifiquen por un sello propio.
En conclusión, nos encontramos ante una película para el gran público, entretenida y excelentemente elaborada, pero sin mayor trascendencia que la de algunas imágenes que quedan grabadas en nuestra retina.
Lo mejor: Sus aires de gran producción y el magnífico diseño de producción.
Lo peor: La falta de contextualización histórica, su ritmo algo irregular y lo lineal que resulta.

VALORACIÓN: 6.5/10
 


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