Lo prometido es deuda
Después de salir de la sala del gran estreno de "El Hobbit" la sensación ha sido bastante aceptable. La película cumple con las expectativas de lo que llamamos un final épico, con batallas interminables, efectos especiales metidos con calzador y extras digitales. Si bien la clave del éxito de esta película se encuentra en su gran entretenimiento durante sus 2 horas y poco, aún así, que sea entretenida, no significa que tengamos que soportar ciertas escenas que nos produzcan risa del surrealismo que muestran, independientemente de que la saga sea ficción. Otro de sus grandes problemas es de nuevo su guión, volvemos a sentir el peso de un libro estirado hasta la saciedad, es cierto que en este caso concluye con todo, pero realmente había muy poco que concluir. Esta tercera película está exclusivamente creada para el deleite de una batalla final y una despedida emotiva. Si nos ponemos a pensar, la principal intriga que nos dejó el final de la segunda película, queda resuelto en menos de diez minutos en esta última. Se echan en falta subtramas e intrigas, ya que todo sucede cayendo constantemente en el tópico y sin dejar demasiado espacio a la sorpresa.
Aún así resulta estimulante verla, por volvernos a reunir con estos carismáticos personajes y poder disfrutar por última vez de los paisajes de la Tierra Media.
Destacaría al protagonista, quien nos deleita con sus apariciones, siempre sacándonos una sonrisa, y con su constante carácter aventurero.
Con respecto al apartado técnico, es cierto, que los efectos especiales en su mayoría están muy cuidados, sin embargo, hay algunos que no me terminan de convencer y como viene siendo costumbre en la saga, la película esta editada con un efecto brillo que me parece excesivo.
Lo mejor: Gran entretenimiento y un final digno y emotivo.
Lo peor: Se percibe como una película menor al lado de "El señor de los anillos", sobre todo, en cuanto a historia.
VALORACIÓN:6.5/10
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