jueves, 16 de abril de 2015

Fuerza Mayor

Y en un instante, el frío de la nieve caló hondo


"Fuerza mayor" es una película reflexiva, estéticamente maravillosa, anecdóticamente atroz y que además supone un análisis de la sociedad y del tradicionalismo llena de humor negro.
La película parte de una premisa interesante, pero que aparentemente no va más allá de lo anecdótico. Sin embargo, a medida que avanza esta, nos vamos dando cuenta del poder de su planteamiento y como a este se le saca mucho más juego del que cabría esperar. 
La pregunta es bien sencilla ¿ Como actuaríamos ante una situación inesperada de riesgo? ¿Seremos de los que salen corriendo e instintivamente se salvan? ¿ O somos de los que el núcleo familiar es nuestra prioridad? Aparentemente la respuesta es sencilla, pero ante un caso así nadie sabe como realmente actuaría y si esto sería lo suficientemente relevante como para sacar conclusiones. 
Partiendo de esta premisa, para los protagonistas de la historia, un acontecimiento inesperado termina siendo decisivo en sus vidas y acaba dilucidando un matrimonio en el que la felicidad era un maquillaje que daba resultado, pero que ante un pequeño acontecimiento se ve desestabilizado.
Tras el suceso, todo cambia en esta y todo lo que hasta entonces mantenía su armonía, se derrumba cada vez más. Por un lado, la figura de un marido al que su decisión termina frustrándolo, no solo por el error cometido inconscientemente, sino por lo que para su persona supone. Él no es capaz de admitir su error, por ponerse en entredicho su papel de "hombre de familia" y de "protector", resultando para él un fracaso no solo como padre sino como hombre. 
La avalancha de sentimientos va cubriendo el metraje, llevando hasta el extremo la anecdótica propuesta y haciendo una incursión en los roles tradicionales sexistas que han dictaminado el comportamiento de hombres y mujeres. Nada se salva en este retrato, en el que las borracheras con los amigos y el espíritu varonil son llevadas con ironía, con armas como un falso halago de una chica o un retrato irrisorio del llanto del hombre.
Entre esta decadencia de la pareja, se contrasta el tradicionalismo con el liberalismo, esto lo vemos a través de distintos personajes. Por un lado, la mujer que tiene relaciones con distintos hombres contrasta con el esquema familiar tradicional de la pareja protagonista. Por otro lado, la pareja de amigos también supone otra forma de liberalismo, al tratarse de una pareja formada tras una separación y entre una jovencita y un cuarentón. 
La frustración y los sentimientos se hacen cada vez más palpables y la imposibilidad de dar una solución al problema se demuestra ante una familia donde la comunicación prácticamente no existe y en la que la tecnología es la vía de escape. 
La música de fondo no hace más que añadir tensión a la situación, las perspectivas de cámara y los ruidos que acompañan a este paisaje poco habitual en una película de estas características, adquiere gran personalidad. El humor negro en la historia juega a la exageración, planteando lo ridículo de lo propuesto, pero lo realmente destructor que puede ser.
Finalmente la película no da una clara solución ni una clara reflexión, su final resulta abierto, pero no exento de ironía.
Tras ver la película yo planteo: ¿Es el miedo el que decide por nosotros en estas situaciones? ¿Nos movemos instintivamente? ¿Es una declaración al egoísmo del ser humano? ¿En que medida nuestras decisiones se marcan por lo que sentimos o por lo que realmente la sociedad quiere que hagamos? ¿Estamos preparados para actuar en contra de lo que la sociedad plantea?
Lo mejor: El jugo que se le saca a la idea principal. Se trata de un análisis interesante, más experimental que satisfactorio, que cuestiona valores mal aprendidos y que terminan deshumanizándonos.
Lo peor: Su ritmo es pausado, su guión aparentemente plantea lagunas sin solución y una falta de claridad de intenciones.

VALORACIÓN: 6.5/10
Fuerza mayor : Cartel   Fuerza mayor : Foto


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