jueves, 23 de abril de 2015

La dama de oro

Buscando justicia en un pasado desolador


"La dama de Oro" nos cuenta una historia sencilla, sostenida en buena parte por la gran Helen Mirren, acompañada de unas buenas interpretaciones y un alto contenido dramático, oscilante entre el sentimentalismo y la necesidad de justicia.
Esta obra británica nos plantea una temática que ya hemos podido presenciar en otras películas, como es el caso de "Monuments men" , en las que se relata el robo de obras de arte acontecido durante el nazismo. Sin embargo, en este caso se centra en una historia personal, magníficamente interpretada por Helen Mirren.
Merece la pena acercarnos a esta película simplemente por ella, rebosante de vitalidad y poder en cada escena que se sucede y siempre acompañada de un tono irónico y elegante, que aporta personalidad a la historia y la aleja un poco de la pretenciosidad de algunas partes de la misma. No podemos dejar atrás la actuación de Reynolds, que a medida que avanza se va engrandeciendo, demostrando en algunas escenas su validez para este tipo de papeles tan alejados de su habitual género. Ambos forman una extraña pero atractiva pareja, que nos saca un par de sonrisas en su lado más carismático y que nos transmiten emoción y sentimientos, en el plano más dramático de la historia.
La película se puede decir que tiene una serie de puntos fuertes, entre ellos se encuentran no solo las interpretaciones, sino el hecho de hacer de una historia pequeña una oda a la justicia, al cambio generacional y a la nostalgia. El hecho de indagar psicológicamente en los personajes hace que esta se vea favorecida, permitiéndonos conocer un poco más el trasfondo de sus vidas y de los sentimientos que los mueven.
Ahora bien, a pesar de que la propuesta de utilizar "flashbacks" me parece muy buena, por el hecho de documentarnos y trasladarnos a la escena de los hechos, estos no siempre son utilizados de una manera inteligente. En ocasiones se utilizan ciertas escenas de manera repetitiva, resultando innecesarias y pobres de intenciones. Por otro lado, estas denotan ciertos aires a telefilm, de correcto presupuesto, pero un poco pobres a la hora de ser plasmadas en pantalla. Los diálogos de las mismas, junto con ciertos encuentros, no terminan de ser realistas y suenan demasiado pretenciosos, al igual que la gran carga sentimentalista que traspiran.
La obra nos acerca a una denuncia, que lejos de centrarse en plasmar los acontecimientos atroces ocurridos durante el nazismo, se resguarda en la memoria del pasado, en el silencio del llanto que no es escuchado. La protagonista siente que en este álgido momento de la historia, se le robaron sus derechos y su identidad geográfica, de tal manera que se ve obligada a actuar, movida por un dolor que la atormenta, unos sentimientos que la acompañan y unos recuerdos que la persiguen. Su necesidad de denunciar ya no solo nace de su injusticia, sino de la de todos aquellos, a los que de alguna manera se les robó una parte de ellos mismos.
La historia resulta en todo momento entretenida y su factura es correcta, sin embargo termina pecando de demasiado correcta y de querer decorar la historia de una manera heroica. 
Lo mejor: La interpretación de Helen Mirren y el acercarnos a la historia desde un punto de vista psicológico, más que meramente biográfico.
Lo peor: Su parte psicológica en ocasiones se manipula mediante el uso del sentimentalismo pretencioso, además por lo general resulta poco arriesgada y demasiado correcta. Todo esto hace que termine faltándole algo que la eleve y que la destaque por encima de otros biopics.

NOTA: 6.5/10
   


No hay comentarios:

Publicar un comentario