Cocktail de desenfreno y drogas
"Puro vicio" es una película confusa, liosa y extraña, pero que tiene un encanto particularmente atractivo.
La mayor virtud de esta obra de Anderson, basada en el libro Thomas Pynchon "Vicio propio", es su gran ambientación. Desde el principio se nos hace una inmersión en el mundo de los 70, y se nos guía a través de su historia bajo los efectos del humo que los propios personsajes exhalan.
En esta encontramos el retrato de la sociedad americana de los 70, donde la corrupción, las drogas, el sexo y los sentimientos se mezclan. Como si de una montaña rusa se tratase, la película nos aturde, con una narración dotada de una gran cantidad de personajes todos enlazados entre sí, en la que la lógica nos cuesta alcanzar, debido a la particular visión de su protagonista, a menudo distorsionada por los efectos de las drogas.
Su elenco de actores hace un muy buen trabajo, destacando por encima de todos a Joaquin Phoenix, que borda su personaje principal. Su papel de "detective" privado es de lo más destacable de la película, por su característica forma de actuar y su psicodélica visión de las cosas.
El problema de esta obra, lo encontramos en un metraje quizás excesivamente largo, con un tono que en ocasiones es difícil de digerir. El objetivo de la trama (intriga de la misma) conforme avanza se va disipando, volviéndose cada vez más compleja y centrándose más en sus característicos personajes y en su particular visión de la época, que en encontrar una clara lógica a todo este embrollo.
La culminación de lo abstracto se alcanza en su final. Llegados a ese punto, nos hemos dejado tanto llevar, que resulta incoherentemente genial. Este resulta ser una oda a la memoria, los sueños y los sentimientos.
A fin de cuentas se trata de una película que sirve como experiencia. que nos traslada perfectamente a su época y que ocasionalmente resulta divertida e ingeniosa. Pero claramente, no es una película para todo el mundo, ni pretenden serlo.
Lo mejor: Su ambientación y sus personajes.
Lo peor: Los esfuerzos del espectador por descifrar la historia son en vano. Puede que esta tuviera sentido y coherencia, pero el director sacrifica todo tipo de lógica para que la vivenciemos en primera persona. Resulta además errático, corregir esta adaptación, sin leer el libro en el que se basa.
VALORACIÓN: 6/10
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