Lo importante es no olvidar quien eres realmente
Son muchas las personas que han asistido a ver esta obra francesa, por el simple hecho de que su protagonista y directores eran los mismos que nos trajeron la excelente "Intocable".
Esta continúa con la esencia de aquella, gracias a su característica forma de tratar drama y humor a dosis perfectas, siempre con una permanente sensación feel-good. Sin embargo, la historia carece de la chispa y originalidad con la que estaba narrada su predecesora.
Este drama sobre la inmigración se pasea en la pantalla con una narración algo irregular, con subidas y bajadas, algo que a veces nos deja confusos. Por momentos estamos viendo una película sobre la inmigración y en otros olvidamos la temática de la obra, por la libertad de las acciones y la facilidad con la que se combaten ciertas barreras, que a priori eran más problemáticas de lo que parecían. Aún así, sus directores saben sacar partido a la historia, que a pesar de que pide más profundidad, estos no pretenden ir más allá de su enfoque superficial y agradable.
Su protagonista y en general su reparto hacen un muy buen trabajo, destacando a Omar Sy que es capaz de transmitir emociones en cada momento que aparece en pantalla.
Destacar de esta su música, que nos trae una BSO, si bien no tan buena como la de "Intocable", pero sí reseñable.
Lejos de sus clichés o su pretenciosidad ocasional, la película nos traslada con un toque personal e inteligente al mundo de la inmigración, aunque finalmente resulte ser una obra para soñadores.
Lo mejor: Su característica forma de tratar el binomio humor-drama y la interpretación de su protagonista.
Lo peor: La historia exige más y a veces resulta demasiado previsible.
VALORACIÓN: 6.5/10
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